La Cámara de Comercio de los Caballeros fue establecida inicialmente y rápidamente obtuvo un amplio apoyo. Una de las principales razones de su éxito fue su sistema único de membresía y programas de beneficios. Estos incluían compensación por fallecimiento, seguro por discapacidad, entre otros, muy atractivos en la comunidad católica de la época. A través de estas medidas, la Cámara no solo proporcionó seguridad económica a sus miembros, sino que también fortaleció la cohesión comunitaria.
En las décadas posteriores a su fundación, la Cámara de Comercio de los Caballeros se expandió rápidamente. De ser una organización local inicialmente, se convirtió en una institución nacional e incluso internacional. Hasta la fecha, la Cámara tiene sucursales en Canadá, México, Chile y otros lugares. Sus obras de caridad abarcan una amplia gama de áreas, incluyendo educación, atención médica, desarrollo comunitario y ayuda en desastres.
Actualmente, la Cámara de Comercio de los Caballeros sigue creciendo y se ha convertido en una de las mayores organizaciones caritativas católicas del mundo. Sus miembros están dispersos por todo el globo. Además de continuar en el ámbito tradicional de la caridad, la Cámara participa activamente en problemas modernos como la protección de la vida, la defensa de la libertad religiosa y el apoyo a los valores familiares.